Autor: Miguel Oliver (1996)

Este conjunto parroquial se levanta en el extremo oriental de una parcela en vaguada, delimitada por una calle en ángulo recto que termina en un arco de curva de 44 m de longitud y 31 m de radio.

Partiendo de estos difíciles condicionantes topográficos y urbanísticos, el arquitecto propuso la construcción de un edificio de hormigón visto abujardado que se desarrolla en dos plantas. Las viviendas de los sacerdotes, situadas bajo rasante, se abren a un jardín inferior que se prolonga en una zona deportiva contigua y los servicios parroquiales se encuentran a la altura de la calle de acceso. El espacio de culto se adapta a la silueta del solar mediante un semicírculo dividido radialmente.

El templo destaca como uno de los más singulares de la moderna arquitectura religiosa de Madrid. Estructura, función y simbolismo van unidos. El muro perimetral y vigas sustentadoras, que soportan el espacio arquitectónico, concluyen en la luz de la primera creación, que ilumina y da sentido a todo el edificio. Y el Vía Crucis, labrado en medio relieve sobre uno de sus muros de hormigón, es el camino de la vida.

Visita patrocinada por la Fundación ACS.

Requiere inscripción previa
Aforo 25